Archivos para junio, 2020

Chas. El ruido de la pelota naranja, que se introduce en el aro y se fricciona con la red, cierra el partido en el gimnasio de Villa Mitre de Bahía Blanca. Es victoria de Lautaro Martínez y su hermano, Alan, sobre Mario, su papá, y su otro hermano, Jano, en otro intenso dos contra dos familiar. El pique de la pelota sobre el parqué casi no se escucha por las cargadas y reclamos sobre el picado que se lanzan unos a otros. Pero es tiempo de irse: Luisa, la mamá de Lautaro, espera con la cena en casa, que está literalmente al lado del club.

Lautaro Martínez pudo haber sido basquetbolista. Es un deporte que le encanta, que practicó desde chico con amigos y en competencias formales. El sueño de ser el próximo Manu Ginóbili o Pepe Sánchez afloró en Lautaro –jugaba de base e iniciaba todas las jugadas– y convivió en paralelo con la carrera futbolística de su papá, lateral izquierdo del Ascenso durante 18 años, que en su mayoría fueron en Villa Mitre y Liniers, dos clubes de Bahía. Fue un faro de fútbol en una ciudad portuaria que respira básquet.

Mario no presionó a sus hijos en las decisiones deportivas que tomaron: Alan, el mayor, eligió el fútbol en Liniers, donde su papá se retiró, y Jano, el menor, optó por el básquet en Villa Mitre. A Lautaro, el del medio, lo dejó ser hasta los 15 años. En 2012 le pidió que se decidiera por uno de los dos. La rutina de cambiarse los botines por las zapatillas y viceversa no daba para más por más divertida que fuera. “Casi elige el básquet, pero ya era muy bueno al fútbol”, recuerda Jano, sobre la capacidad de Lautaro, que ya era potente, lo apodaban Toro y le pegaba bien con las dos piernas. Al año siguiente, fue campeón de Sexta División y debutó en la Primera de Liniers con un gol en su primer partido. Al otro, ya estaba en Racing, lejos de los aros bahienses.

“Si no jugara al fútbol, estaría jugando al básquet”, cuenta Lautaro, quien nunca se desconectó de ese deporte. Es admirador de los Golden State Warriors, en especial del base Stephen Curry, que juega en su posición. El 19 de noviembre de 2017, su ídolo Curry convirtió 39 puntos y fue la figura en la victoria de los Warriors sobre los Brooklyn Nets. Esa misma noche, a 8520 kilómetros de Nueva York, Racing venció 2-1 en La Bombonera a Boca, el vigente campeón que venía invicto en ese torneo. Lautaro marcó el primero de los dos goles, con un fuerte remate desde afuera del área, más lejos que los 7,24 metros que hubiera tenido un tiro desde la línea de tres puntos.

Por Alejandro Giordano.